Lolo

Lolo es un perro.
 Un perro cualquiera.
 Un chucho. Un chucho cualquiera. Lolo es uno de esos miles de mestizos que vagabundean por las calles y a quien nadie quiere. Lolo en algún momento de su vida fue así. Un cachorro hijo de nadie que apareció abandonado en medio de "nosesabedonde" hace un par de años. Pero ahora está aqui. Conmigo.
Y a lo largo de todos estos meses Lolo me ha enseñado algunas cosas y me ha demostrado otras. Con este chucho a mi lado las palabras "éxito" o "triunfo" empezaron a ser relativas... poco importantes.... dejaron de ser ese punto en el horizonte al que parece que todos y todas debemos de dirigir nuestros pasos. Y es que a Lolo se la pela el triunfo. Por lo menos el mío. Se la pela mis éxitos y mis triunfos. Y también mis fracasos, para que os voy a engañar....
Y es que Lolo me quiere a pesar de todo eso. Lolo me abraza, me lame, me adora y me sigue aunque mi vida de puro asco, aunque nunca gane un premio, aunque mis estrenos sean un fracaso, aunque mis éxitos teatrales brillen por su ausencia. Lolo me quiere y punto.
Y cuando llego a casa le da igual si vengo de un buen ensayo, de una mala función o de interpretar en cine en papel de mi vida. Le da igual. Se la trae floja. El simplemente se alegra de que yo esté alli, con él.
Y cuando uno llega a casa pensando que" vaya mierda de vida, esto no hay quien lo aguante, todo da asco..." y se encuentra a este saco de pelos dando botes de alegría a tu alrededor sin importarle si el día te ha tratado bien o mal... no puedes dejar de pensar : "Es cierto, no era para tanto. Lo importante es que hemos llegado hasta aqui vivos. Celebremoslo."
Y supongo que eso es el éxito. Si es que existe...